martes, 25 de agosto de 2009

NADA ES LO QUE PARECE

Y de eso la política puede dar muchos ejemplos. La elección de este fin de semana, da para decir demasiado desde cada uno de los sectores que se encontraron en la contienda. Al parecer todos son ganadores, pero a la vez cada ganador explica por que el otro es perdedor, independientemente de la ubicación en el cuadro final de los datos escrutados. 
Los números fríos mandan una interpretación estadística; del total de los votos emitidos, un 22,03% le dio la victoria al MPN, les sigue muy cerca el UNE, con un 21,76%, más atrás Juntos por la Ciudad con un 16,50%, Recrear con un 10,10% y Libres del Sur con 9,23%. De esto surge que el MPN gana 3 (tres) concejales, UNE 2 (dos), JPC 2 (dos) y Recrear y Libres del Sur 1 (uno) cada uno. Lo que da en la composición final de concejales, o nueva para ser más precisos, 8 (ocho) de MPN –mayoría parlamentaria, pero sin Quórum propio-, 4 (cuatro) para UNE –segunda minoría-, 3 (tres) para JPC –oficialismo puro-, 2 (dos) para Recrear y 1 (uno) para Libres del Sur –oficialismo díscolo-. De esto podemos decir que el MPN ha “perdido” su mayoría con quórum que tuvo hasta el domingo, ya que tiene dos concejales menos; que UNE se consolida como fuerza de coalición, mejor posicionada que el oficialismo de JPC, que perdió el espacio de conducción restando ventaja frente a las otras fuerzas de co-gobierno. Y que surge una nueva derecha que suma votos y concejales (recrear), mientras que las organizaciones de carácter social (que deberían ser “la izquierda”), no pueden sumar más allá del modesto espacio de Mercedes Lamarca. Planteado así es una clara victoria de la derecha, ya que mantiene la mayoría del concejo, con MPN, UNE y Recrear. Y un rotundo fracaso de la “izquierda” que no pudo sumar más que a Lamarca, como sector más moderado en relación al PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) que sacó el 1,39%, Nueva Izquierda con 0,74%, PO (Partido Obrero) con 1,70%. 
No obstante el análisis estadístico, surge otro, el político, en relación al comportamiento y los pormenores que se vivieron en relación al acto electoral. 
Es así que podemos observar que los votos emitidos no son más que el 55,65% del total del Padrón (no votaron más de 70.000 personas –aproximadamente-) y si consideramos que el caudal de votos de las primeras fuerzas no es mayor a 21.000 electores, se puede pensar que estas elecciones además de votantes carecen de legitimidad. Entonces, ¿Quién gana?.
Algunos podrían decir UNE, que siendo una fuerza nueva en lo político, ha logrado en pocos años disputar una elección al partido provincial, y que en lo inmediato goza del privilegio de ser la segunda minoría, lo que le da amplia independencia de Farizano. Sin embargo, han logrado 20.000 votos, en una elección en la que se presume que han recibido apoyo del sector blanco del MPN y en la que han gastado más de 2,5 millones de pesos, según afirma Heriberto Chureo, el candidato del MUN –que solo saco un 2,94%-. De ser cierto esto, no solo carecerían de voto propio, si no de estrategia financiera, ya que han pagado más de $123, por cada sufragio.
Otros, en cambio, afirman que el verdadero ganador –y sorpresa- de esta elección es Leandro Lopez Koening, el joven exponente de la derecha neoconservadora y neoliberal. Quien sin hacer mucha campaña mediática logró fijar en la agenda electoral “la campaña limpia, en una ciudad limpia”, y condicionar el accionar de sus rivales, así como también superar el techo de Marcelo Bermudez y conquistar ampliamente el voto del centro de la ciudad. 
Lo que no parece evaluarse como una “victoria” es la primera posición del MPN, quien en esta elección parece haber jugado a ver quien pesa más en la oposición. Lo que es verdaderamente llamativo. Una fuerza que se caracteriza por la movilización del aparato, que les permite garantizar el triunfo de cualquiera, sea Jalil, Brillo o una mortadela bocha; no logró superar su piso histórico. Pero no solo eso, si no que no pudo despegarse de su inmediato competidor, UNE. Si esto se obedece a una sutil estrategia o a la fatalidad del destino, solo podrá comprobarse con el tiempo próximo. En el cual estará obligado a mostrarse como una fiera en llamas, para recuperar una ciudad esquiva desde hace 10 años, o perder frente a los que lo enfrenten. 
En definitiva, ha sido una elección atípica como pocas: no solo por el nivel de participación, que parece más determinado por el hartazgo ante la teatralización de la política que por las condiciones climáticas. También porque no definió nada de lo que pensabase, iba a definir. El MPN sigue siendo la fuerza que gana las elecciones, y que conserva la mayoría en el deliberante.
Sin embargo, podría afirmarse que si hay un perdedor es el actual Intendente Martín Farizano, quien no pudo definir con su condescendencia pura la mayoría del concejo, ni impedir el despegue de dos de las fuerzas que originariamente lo acompañaban (UNE y Libres del Sur). Ambos espacios están en condiciones propias de doblegar al Poder Ejecutivo, con el pretexto del consenso. Y el Ejecutivo en la disyuntiva de conceder para gobernar o dar un giro y cerrar con el MPN para frenar el crecimiento de estos. A lo que debe sumarse la imposibilidad, ya no potencial sino real, de aspirar a un nuevo mandato. De la coalición Mansilla busca un estatus propio y Parrilli, como quien no quiera la cosa, ha bendecido a Dario Martinez como el candidato de la Presidencia de la Nación. 
Escenario crispado, conspiraciones armadas al amparo del consenso y un enemigo que parece querer esperar antes que enfrentar, son las claves de una ciudad que de llegar al 2011, lo hará de forma muy diferente a la actual. 

Jorge Alvarez


martes, 18 de agosto de 2009

¿Qué pasa el 23 de Agosto?

A una semana de la contienda electoral que medirá los “candidatos” y el nivel de aceptación en sociedad, el panorama, aunque disperso y desinteresado se presenta un poco más claro que al comienzo; al menos se sabe quien ganará las elecciones: El MPN. 
Las encuestas oficiales y las de oposición dan ventaja al candidato del partido de gobierno provincial. Mientras que el problema se centra en los que siguen la disputa, dando algunas más cerca del segundo lugar al Frente Juntos por la Ciudad, que presenta al oficialista Darío Martínez, acompañado de Marta Buffolo, y otras, al candidato también oficial, pero que busca distanciarse de la administración de Farizano, Mariano Mansilla, que encabeza la lista de UNE. Al parecer un poco más lejos de estos estaría el Movimiento Libres del Sur, con Mercedes Lamarca y cuarto, el candidato más joven de la derecha neuquina, Leandro López Koening, de Recrear. 
Llama la atención el bajo nivel de politización que presenta la sociedad neuquina en una votación, que en términos “políticos”, es la que determinará la continuidad en el ámbito comunal. Y de que forma se llegará al final de la administración Farizano: negociando con un MPN todopoderoso que pondrá obstáculos en el deliberante y con aportes de provincia aspirará a construir un candidato que gane la Municipalidad, o un Frente de Gobierno que cediendo en la pelea con sus aliados más cercanos (Libres del Sur y UNE) intentará finalizar sin inconvenientes lo que queda al 2011.
Lo cierto de todas estas especulaciones, es que la continuidad de Martin Farizano, repitiendo mandato, es una imposibilidad. No solo por que no tiene sustento en su propio espacio (compartido con fuerzas que trabajan para otros proyectos), si no porque no presenta características de conductor de un proceso que de seguro se medirá frente al Movimiento.
Lo que en esta contienda se está buscando construir es un candidato que pueda hacer eje en una oposición dispersa y que con buen caudal electoral, marque el tiempo del 2011. Algo que no es fácil, ya que en política toda construcción es una imposición, y habiendo tanto celo interpartes, quizás ni un buen resultado garantice el candidato a intendente.
El voto parece bastante cerrado al espectro de la derecha social. Quienes optan entre MPN, UNE y Recrear, para materializar sus aspiraciones de Status Quo, con dosis de demagogia pseudopopular (en los dos primeros) y una rara mezcla de eficientismo liberal y neoconservadurismo, en el último. 
Las fuerzas que pretenden hacer mella a este esquema se dispersan en un gran abanico de votantes que si bien críticos a la escena planteada anteriormente, no encuentran en ninguno de los candidatos que se ofrecen, una posibilidad de cambio. 
Libres del Sur, que con buena inserción en los barrios, puede aspirar a conducir el espacio, no presenta candidatos de peso, ni mucho menos aceptados. Mercedes Lamarca, con un discurso estrictamente apegado a la problemática (legitima, claro) de genero, no puede sacarse de encima el modo en que ingreso al Deliberante (por renuncia de Salaburu) lo que claramente le trae inconvenientes con la legitimidad de su banca y la posibilidad de captar el voto critico, aún así, es de las que más esta creciendo para el domingo.
Por otro lado, vemos como en el espacio de Izquierdas, el bloque se encuentra ampliamente fragmentado, se presentan tres candidatos que pertenecen al mismo espacio ideológico, el marxismo trotskista y por lo pronto, no hay posibilidad de unificación de criterios o frente común: Patricia Jure, del PO (partido obrero), Graciela Frañol, del PTS (partido de los trabajadores socialistas) y Priscila Otton, de Nueva Izquierda. Entre las tres, la que mejor posicionada esta es Patricia Jure, quien si bien a podido conducir un partido predominante frente a los otros, carga con el inconveniente de ser candidata en cuanta elección se realice, lo que no es ni bueno ni malo en si mismo, pero que muestra a las claras las imposibilidades internas de construir otro u otra referente. Mientras tanto, a su lado Graciela Frañol, otra candidata reiterativa en las listas del PTS, parece no convencer demasiado y sus reivindicaciones sociales y su claro posicionamiento en relación a FASINPAT (el PTS es conducción de la fabrica y del Sindicato SOECN) no ha sumado mucha agua para su molino. De cualquier manera, se encuentra por encima de Priscila Otton, quien todavía no ha podido crecer como representante de ese espacio ideológico.
Párrafo aparte merecen Juntos por la Ciudad y la Lista Ciudadana, no por que estén en un mismo lugar, si no porque presentan algunas características particulares en relación a los demás.
A Darío Martínez y Marta Buffolo se les ha encomendado la tarea de defender el espacio de gobierno y ser los bastiones de un eventual avance del Gobierno de Farizano, sujeto a una mayoría en el Concejo, pero no se los ve lo suficientemente convencidos de poder hacerlo. Si bien en las encuestas pelean la segunda posición, se esperaba (al menos de mi parte) que siendo los arqueros (en términos bélicos) del Intendente, su rol de candidatos sería de mayor entrega y quizás de mayor convencimiento en la figura de Farizano. Considero que ambos no pueden sacarse de encima el pasado, Buffolo quiroguista, y presente, Martinez peronista, más cerca a Puerta de Hierro, que de Montoneros. Lo que sin dudas hace difícil sostener en términos discursivos una administración que hace agua, tal vez por incapacidad y no por impedimentos externos, por todos lados. 
En cuanto a Lista Ciudadana, figuran como opción dentro del escenario planteado, ya que encarnan lo que es demanda común en la sociedad, “candidatos que se parezcan a las personas de carne y hueso”. Aún así, no logran despuntar demasiado y lejos se encuentran de cautivar el voto de los muchos indecisos que el domingo no saben hacia donde dirigir el sobre para guardar el voto. Lo que no es ningún fracaso, máxime si se considera que es la primera en que participan. No obstante, de ellos depende que no sea la última.
En cuanto a las demás fuerzas, Todos por Neuquén, de Walter Toscani, y el MUN de Heriberto Chureo, ninguna de las dos parece estar por encima de las pretensiones de campaña; Toscani, con buenas propuestas, pero demasiado solo y Chureo, bastante desgarrado, años atrás estuvo a punto de entrar como concejal y hoy no figura entre los que pueden hacerse del cargo. 
En definitiva, si hay algo que se define en esta elección es la posibilidad que cada candidato tendrá de convertirse en líder de la contienda de 2011. No hay ciudad que valga, solo el interés de medir lo suficientemente bien como para que el próximo encuentro de fuerzas sea determinado por los votos de los concejales del 2009. 
Ante esto, que es hartamente justificable el desinterés y la apatía que hay de cara al veintitrés. El ciudadano no ha formado parte de la campaña y el resultado del domingo no garantiza, sea cual sea, que sus problemas sean solucionados.
Falta de viviendas, desorganizado crecimiento urbano y habitacional, inconvenientes con los servicios públicos, principalmente el agua en el oeste, monopolio en la prestaciones de los servicios públicos de transporte y residuos y un Municipio, que siendo el más grande de la provincia, no deja de vivir de la coparticipación y los impuestos son temas que marcarán la agenda de la próxima campaña.
Campaña en la cual veremos si la oposición decide reunir los esfuerzos en una buena fuerza de unidad o el MPN, jugando con la incapacidad ajena, recupera una Intendencia que le es esquiva desde 1999, año en que la Alianza, daba la victoria a Horacio Quiroga.
Para ver a quien pertenece, en términos políticos, la Municipalidad de la capital provincial, en definitiva, todavía hay que esperar un par de años más. 

Jorge Alvarez


viernes, 14 de agosto de 2009

El optimismo de la voluntad

El día fue bastante feo, como si en el último de los instantes de resistencia, hasta el clima se opusiera a un cambió de paradigma. El viento dispersando (o intentando) los gritos de una masa que al unísono exigía el final de un dilema que lleva varios años de lucha. Mientras que el frío, calaba hondamente las entrañas de los que acamparon afuera del recinto legislativo. Frente a esto, para no ceder su presencia en el día D, muchos optaron por la grapa, la murga y el fuego amigo.
Adentro, más cómodos que los manifestantes, se encontraban los Diputados de la Provincia del Neuquén, quienes sin la más mínima consideración por las miles de almas que esperaban una definición, jugaron al senado en la Res. 125, cuando la realidad marcaba que el debate de las comisiones y los bloques estaba cerrado; la cuenta final lo ratificó, de treinta y cinco, veintiséis, votaron a favor del a favor de la expropiación. 
Solo tres diputados merecen el merito de haber dicho lo justo en el momento indicado: Soledad Martinez, que defendió la medida tanto como los hidrocarburos; Rodolfo Canini, que avanzaba sobre la expropiación sin pago, y Paula Sanchez, que acompaño a los obreros tanto desde el recinto como desde la calle. El resto, nada más que hombres y mujeres, que intentaron meter por la ventana, lo que la historia no ha querido que ingrese por la puerta. 
A las 12 de la madrugada, el voto. Luego el festejo, la emoción, los abrazos y la satisfacción de sentir que al menos una se ganó. 
“¿Cuándo recuperaron el cuerpo delegados de la fabrica, pensaron que podían llegar hasta acá?” le pregunte a Carlos Acuña, dos minutos después de arribar a la legislatura; “si te digo la verdad… no”, respondió en medio del éxtasis. Pero yo no le creí. Siempre tuve la sensación de que internamente siempre supieron lo que buscaban y como lo iban a conseguir, “cuando” era una cuestión de tiempo.
Una vez que todo pasó, la muchedumbre amalgamada en dignidad, acompañó el acto, los discursos, los recuerdos, los homenajes; compañeros gritando para que el mundo escuche lo que había sucedido, compañeras rememorando las jornadas de resistencia: a la quiebra, al desalojo, a la CGT gorila. Otros pensando en que lugar iban a quedar las marchas que tantas veces poblaron las calles. 
Entre todos ellos, nuevamente el viento, que ha esa altura de la noche, y según se animaron a decir algunos, no venía para ahuyentar los manifestantes, si no para bautizarlos, está vez con tierra, venida de Arroyito, caida en Cutral – Co, ultrajada en Tartagal, tal vez parida en el Altiplano o quien sabe donde.
El hecho fundamental de todo es que pese a los obstáculos, las adversidades y los enemigos, un grupo de obreros, que prefirieron el esfuerzo o la derrota, antes que el miedo o la mediocridad, pudieron demostrar que cuando se quiere, con total convicción, los obstáculos, no son más postas en el camino. 
Fasinpat revalorizó el valor de la Utopia (etimológicamente: no-lugar o lugar inexistente). Con ellos se pudo ver que aunque lejano, el objetivo siempre es posible. Y que no por inexistente, los lugares a los que queremos llegar, jamás van a existir. 
Su ejemplo, es saeta contra la impunidad, desvelo ante el egoísmo y convicción solidaria frente al individualismo que supo inculcarnos el pasado neoliberal. 
Yo no los vi, pero me contaron, que cuando la fabrica se expropio, Boquita y Carlos festejaron que su esfuerzo y su lucha, tuvieron al final, el contenido que ellos le dieron al comienzo.

Jorge Alvarez



lunes, 10 de agosto de 2009

FICCIONES DE LO REAL

Si hay que ubicar en la línea del tiempo, el momento justo en el que se separa la esfera de lo ético de la esfera de lo político, pocos podrían dudar que es el que acompaña la aparición del florentino Nicolás Maquiavelo, en el escenario del pensamiento occidental. Para bien o para mal, a este increíble analista del poder, se le adjudicó la justificación teórica que separan esas dos instancias del proceder humano. 
Pero Maquiavelo (ubicado en 1469-1527), es hijo del renacimiento italiano y si se lo piensa un poco, es difícil creer que Política y Ética, se separan en 1513, año en que se público el famoso “Príncipe”. No por que se desprecie la obra del autor en cuestión, si no por que la historia del “desarrollo” humano narra, desde tiempos más lejanos que el renacimiento, que el poder político, se haya a una distancia considerable del ético. En ese sentido, quizás el “Príncipe” no hizo más que desenmascarar una practica ya instalada.
En la política del último siglo, y del vigente también, existen tres ficciones que hacen mella en el análisis correcto de la instancia política. El motivo de este artículo, es exponer, por que para el autor, son necesario desenmascararlas. 
“Victoria” y “Derrota” son dos de las palabras más utilizadas en el vocabulario de la militancia. No hay quien en algún momento haya hecho mención a la victoria de fulano, en las elecciones pasadas, o una sesuda consideración de los pormayores que llevaron a que sultana, haya sido derrotada. Desde la izquierda y su clásica enunciación del “hasta la victoria siempre” o la derecha y su cruzada por la “derrota del totalitarismo” han circulado por estos callejones intelectuales. Pero ¿existe en la práctica política la victoria, y por ende, la derrota? ¿y cuales son las causas que las determinan?.
Fidel Castro Ruz, era un joven abogado y candidato a diputado por el Partido Ortodoxo, cuando el 10 de marzo de 1952, el Gral. Fulgencio Batista, que veía que el triunfo Ortodoxo un gran peligro, consideró que más que una victoria electoral, para poner orden en Cuba, lo que necesitaba era un Golpe de Estado. Desde allí, hasta el 26 de julio del año próximo, la Generación del Centenario (conducida por Fidel) se dedicó a entrenarse militarmente, su intención era recuperar la república, por medio de un asalto armado, claro, a un Cuartel Militar: el Moncada, en Santiago de Cuba. 
Todo estuvo bien planificado, excepto el azar. Por una mala interpretación entre los conductores de los autos que se dirigían al cuartel, la intentona, terminó en fracaso. Buena parte de los jóvenes que participaron murieron en el momento, mientras que la mayoría fue asesinada, por fusilamiento y tortura, cuando el ejercito retomó el control del lugar. El resto de los que quedaron vivos, se fueron a la Sierra Maestra, para ser capturados pocos días después, detenidos, enjuiciados y encarcelados. ¿Derrota? Podría decirse que sí. 
Pasaron dos años de aquella intentona, y el gobierno de facto, otorgó a los “Moncadistas”, como por entonces se conocía aquel Grupo, una amnistía con exilio obligado en México. ¿Victoria definitiva de Batista, por sobre estos imberbes muchachos? Quizás. Si no fuera por que esos mismos hombres organizaron la expedición que en diciembre de 1956 llegó a la costa Cubana y el 1 de enero de 1959, ingresó triunfante a la Habana, para hacerse del gobierno de la Nación. Entonces, ¿victoria o derrota?.
En 2007, luego de una ajustada asamblea, la Seccional más importante que tiene el gremio provincial docente (ATEN), definía que la modalidad que permitiría ganar el conflicto salarial contra el gobierno de Jorge Sobisch (1999-2003-2007) era el corte del puente de Arroyito. Varias seccionales del interior con el mismo mandato se plegaron a la medida. El día elegido: el 4 de abril. 
En una gran caravana que arrancó cerca de las 6:30 de la mañana, los docentes se dirigieron al puente en cuestión a efectos de materializar la medida, que además de llamar la atención de un gobierno que no quería negociar, pretendía cortar el transito turístico en una semana santa que prometía dejar mucho dinero en el sector privado del sur de la región. 
Pero más que los docentes, fueron las fuerzas policiales quienes se hicieron del dominio del Puente. No hubo posibilidad de negociación, la represión se inició inmediatamente. El costo, una cruenta balacera (impartida a diestra y siniestra) y el cobarde asesinato del maestro Carlos Alberto Fuentealba. La huelga daba un giro.
Luego de esto el gobierno quedó encerrado en un callejón, que por entonces se veía sin salida. El lunes 9 de abril más de treinta mil personas se movilizaban en repudio del crimen. No había quien gobernará. La casa de gobierno estaba sitiada, por una gran cantidad de personas, y el Gobernador no podía salir sin ser repudiado, escrachado o “reprimido”. El símbolo que permitía la legitimidad de gobierno, estaba roto. ¿Derrota del gobierno? Es posible. No obstante, cuando las aguas se calmaron, y la destitución del Gobernador parecía una utopía, llegó un aumento salarial para el sector docente, un escalafón propio para el Sector de Salud (que para entonces mantenía sin tregua una lucha que llevaba casi cuatro años) y el 10 diciembre Sobisch entregó a su sucesor el “bastón y la banda”. Es decir, había finalizado, pese a todo, su mandato. Aún así, ni el más fanático emepenista se animaba a pronosticar la continuidad política del saliente gobernador. Entonces, ¿estaba o no derrotado? Tal vez. 
De cualquier forma, para contrariar cualquier especulación, el pasado 5 de julio, en las internas que en el partido provincial elige candidatos a concejales, el “derrotado” volvió y si no fuera por la colaboración de dos Sindicatos provinciales, ATE y ATEN, que sumaron su invitación al voto independiente, y la infernal movilización de recursos (humanos y económicos) que hizo el gobierno de Jorge Sapag, es muy “posible” que el resultado hubiera sido favorable para la lista sobischista; ¿favorable?, bueno, probablemente. 
Lo cierto de todo lo expuesto, es que ni la derrota ni la victoria, son determinaciones rígidas de la política, a punto tal que ni siquiera existen como estados, ya que cualquiera de ellos es posible revertirlo, transformarlo, o en el peor de los casos, disfrazarlo y reciclarlo. ¿Por qué se hable entonces, cuando se analiza la política, con estas categorías? Quizás solo por comodidad del lenguaje. 
En “política”, como muchas veces se opta por decir, prima tan solo la razón del Poder. Esta Razón de Poder (si es que es posible un poder racional) es la que determina cuales son las reglas según las cuales se juega en el campo de operaciones. Quien se hace del Poder es quien define. Pero el Poder no es omnímodo, y siempre necesita del consenso para poder sostenerse, ¿consenso? cuando hay un “quien” que define unilateralmente el “que” y el “como”. Mejor sería referirse a ello como “negociación”. El Poder, insisto, no es absoluto, y para subsistir como tal necesita negociar con quienes se presten, para poder sostenerse, a fuerza de crear, esa horrible ficción política que se conoce como “consenso” y que hace que la legitimidad (el reconocimiento del derecho a gobernar, o manejar el poder) no sea puesta en duda. De lo contrario surgen quienes no forman parte de la negociación y pretenden determinar otras reglas. Es decir, el contra poder. 
Volvamos ahora al pasado artículo sobre los actores de la política. Y pensemos, por un momento, tan solo por un momento, si estos, no forman parte de la ficción de consenso del poder en Neuquén. Más allá de un partido, de un discurso o de una bandería. No importa cual es el papel que le toca a estos actores. No importa si están adentro o afuera. Si son de izquierda o de derecha. Lo que importa, es que descubramos el telón, y nos fijemos si forman parte del escenario de la política local. O lo que es lo mismo, que nos fijemos si son actores, y por lo tanto, colaboracionista de la ficción del consenso, de la victoria y de la derrota. Después de esto, es posible que con más claridad. Podamos indagar en las causas que llevan a que en Neuquén, cambien los gobiernos, los gobernantes y los funcionarios, pero no las reglas de juego.


Jorge Alvarez


miércoles, 5 de agosto de 2009

Con la Democracia no solo se vota.

Hace largo tiempo que la República Argentina y el pueblo que la construye cotidianamente, no sabe muy bien que hacer con eso que se llama democracia; habiendo pasado 25 años desde que el gobierno de Raúl Alfonsin inauguro “un periodo de 100 años” de ella, el debate en torno a la utilidad que esta tiene permanece abierto y sin definiciones. 
Que no es lo mejor que puede haber, esto es de consenso común. Pero de que sea lo peor, me quedan muchas dudas. Fíjese si no lo que actualmente sucede en Honduras, donde el Presidente constitucional, Manuel Zelaya, hace más de treinta días que desde el exilio trata de retomar un gobierno que por legalidad y legitimidad, estimo yo, le corresponde. Si la Democracia (y acá le doy un poco más de importancia) no fuera una herramienta de la cual el pueblo en cierta forma puede disponer, no habría internamente tanta convulsión, ni externamente, tanta presión para que esto no se convierta en “práctica común” de un enemigo que dentro de la institucionalidad, anda al acecho, con métodos para nada democráticos. De cualquier manera, el estado en el que actualmente se encuentra nuestra preciada joya no la hace merecedora de mayor dignidad.
No obstante, esto es lo que se piensa desde el 2009, donde la democracia esta devaluada a sinónimo de sufragio, pero si se retrocede en el tiempo, hasta llegar a la “primavera del 83”, el parecer de quienes colmaban las plazas y los actos partidarios evidentemente no era el mismo. Nuestro país salía de fuertes años de plomo en los que estaba prohibido hasta pensar y la llegada de la institucionalidad parecía ser la solución a todos los problemas que tenia el país.
En este punto quiero detenerme tan solo unos momentos, por que me parece importante destacar, como en lo cotidiano, ha quedado en el olvido. Si hoy escuchamos a cualquier militante o activista social atribuir responsabilidades históricas por el presente del país, nos encontramos que la referencia es tan solo al máximo enemigo común: el poder militar. Todo cuanto refiere a la pobreza, exclusión, miseria, desmantelamiento del aparato productivo de la Nación es consecuencia de los planes Neoliberales de Martinez de Hoz y Videla. Que los militares y civiles que golpearon la institucionalidad en marzo del 76, tienen gran responsabilidad en nuestro presente, es cosa segura y acordada por todos, por que fueron “ellos” quienes llevaron (junto con Menem, “otro de ellos”) nuestro país a la ruina. Pero este análisis es parcial, en el todavía faltamos nosotros.
Hace 25 años que gozamos de una innegable apertura de participación, que si bien presenta obstáculos insalvables (los que permiten la reproducción del sistema), está en nosotros ver como los superamos. La cuestión de esto, es asumir las culpas que nos caben, por haber permitido que la democracia se convierta en el arma del enemigo y la política, en ese escenario, en el que desfilan, quienes quieren hacer de esta tanto como de aquella, el soporte social y económico que les permita vivir sin trabajar. 
Hay que romper con los anclajes existenciales de la dictadura, para dejar de discutirlos a ellos, y comenzar a recuperar esas promesas que la democracia hizo (y todavía no cumplió) para que de esa forma comencemos a discutirnos nosotros y nuestros destinos comunes.
Esto es lo que estimo falta en el debate de político de cara al 23 de agosto. Fíjese que más arriba o más abajo, la cuestión de fondo se repite de la misma forma. Lo que antes era para los militares, ahora es (en lo provincial y local) para el Movimiento Popular Neuquino. No hay análisis que evidencie las limitaciones que tenemos para cambiar la realidad neuquina, ni tampoco propuestas que puedan convencer al electorado acerca de un rumbo a seguir. 
Y en esto vuelvo a la democracia, por que esta no es un sistema en el cual el gobierno tiene mandato para hacer lo que quiere con el pueblo, ni tampoco uno donde el pueblo cambia el rumbo cada vez que cambia el gobierno o la sociedad mediática o los grupos de poder así lo desean. Democracia es otra cosa, mucho más profunda que una elección y mucho más consistente que una consigna de campaña. 
Democracia es el sistema en el cual el pueblo, haciendo uso de todas sus facultades intelectuales, morales y humanas, constituye de forma precisa y con pleno ejercicio de la libertad, cuales son los principios sobre los cuales edificará la república, y de que forma organizará las instancias que refieren a la economía y la vida social. No para cambiarlas cuando se modifica el grupo que conduce el Estado, si no para ratificarlas en el tiempo y consolidarlas con las generaciones futuras.
Por eso pienso que con la Democracia no solo se vota. Reducirla a esto es atentar contra ese espacio de poder que, en tanto pueblo que sostiene el Estado, nos pertenece. Democracia es inherente a modelo de país, a proyecto de futuro, a principios y a desarrollo. Bajo estas claves es preciso evaluar el funcionamiento de cada partido, la propuesta de cada candidato y el contenido de las elecciones nacionales, provinciales y locales, en las cuales nos toca el rol pasivo de depositar el voto. 
Cambiar el rol del sujeto electoral a sujeto político y adueñarnos de la Democracia, quizás el desafío que nos depara el futuro.
Jorge Alvarez




domingo, 2 de agosto de 2009

Sobre las elecciones del 23 de Agosto

Solo unos días después de conmemorarse la muerte del Gral. San Martín, en nuestra ciudad se realizará un nuevo acto eleccionario, que pretende, tal como sucede cada bienio, renovar la mitad de las bancas del Consejo Deliberante de la Ciudad de Neuquén.
El escenario es bastante amplio y los candidatos oscilan entre distintas fuerzas políticas que van desde la izquierda a la derecha ideológica. Si uno observa la realidad sin profundizar demasiado en las opciones que se tienen, podría decirse que efectivamente hay oportunidad de elegir a "el mejor" de los candidatos para coronarlo con el voto. Lamento tener que escribir lo contrario.
Que la practica neuquina no difiera en nada de la nacional, hace pensar que en el escenario de "lo político", los que se presentan no son más que "actores", en el sentido más genuino del termino. Personas que no se interesan más que por tener un discurso vago y aplicable a cada situación (y en cualquier momento), con cierta retórica popular, buena imagen social y algún que otro simbolo que les permita adherir a los electores a lo que ellos dicen representar (la neuquinidad por ejemplo).
Lejos están los tiempos de los ideologos, de los pensadores que se acercaban a la política por que era la única vía que les permitía institucionalizar, a través de políticas públicas, el resultado de sus meditaciones. Mucho más lejos están todavía los hombres y mujeres que por vocación, conciencia y principios, daban su vida, en terminos temporales y físicos, por el País, la Nación o la Patria.
En definitiva, los que hoy cubren nuestra institucionalidad, parecen querer entrar parnaso patrio por la ventana, cuando por las acciones, ni siquiera pueden abrir las puertas de servicio.
Es así que vemos que las discusiones pre electorales de nuestra ciudad, están cargada de persuación, pero vacias de contenido.
Por ejemplo, Leandro López, el jóven candidato de Recrear (partido que algua vez conduciera López Murphy), en cada una de sus intervenciones públicas se queja de fuerzas que pegan carteles o hacen pintadas en monumentos públicos y espacios que merecen más orden, apuntando puntualmente a la candidata de Libres del Sur, Mercedes Lamarca, quien efectivamente incurre en esa repudiable práctica. Ante esto, la respuesta de la injuriada, fue que su acto de cierre de campaña no habrá discursos, si no aseo de los lugares "ensuciados".
Ahora bien, ¿por qué López no se queja con la misma fuerza de la miseria, la desocupación y los sin techo, que viven en Neuquén? o peor ¿por qué Lamarca cambia su discurso (y su proceder)de acuerdo al termometro de los medios de comunicación?; si entran como concejales, espero que él no se ocupe de la irresponsabilidad social de quienes permiten que sus perros defequen en las plazas, ni ella acceda a modificar su programa de gobierno, por que la sociedad mediatica lo considera reprobable o de poco "rating".
Menos alentadora parece ser la discusión entre Mariano Mansilla, candidato de UNE (Unión de los Neuquinos) y el sapagismo del MPN (Movimiento Popular Neuquino) quien al día de la fecha, se encuentran en la seria disputa de la identidad neuquina o quien mejor la representa. Por ejemplo, cada quien se atribuye que es un poco más neuquino que el otro, o bien por que "comió asado de chivo con algún viejo poblador" (por el lado del MPN) o bien "por que son los mejores receptores de los sueños de quienes fundaron la provincia" (por el lado de un Mansilla cada vez más parecido a De Narvaez). En el medio, insisto, la falta de viviendas, la desocupación, la falta de políticas públicas para salud y educación y una severa presión monopólica de de una empresa de transporte que en la Ciudad, hace lo que quiere de los usurios, y vive del subsidio de los sucesivos gobiernos.
No pretendo, bajo ningún punto de vista resolver la cuestión de como se hace para que la teatralización de la practica política no sea lo común. Ni mucho menos decir como se debe hacer "la política", no obstante, es bueno y sano, elevar la critica a quienes quieren conducir el Estado. No hacerlo es legitimarlos. Es permitir el consenso necesario para que se modifique lo suficiente para que nada cambie.
Mientras estos nuevos "actores de la Politica" se aprestan a continuar con la función de lo institucional, más atentos a sus intereses personales y deseos de gloria, que al bien común y el bienestar de la patria, Juan Jose Castelli, aquel formidable orador de Mayo de 1810, parece dictarme, el último de los suspiros que tuvo al ver que la revolución de devoraba a sus propios hijos: "si ves al Futuro, decile que no venga".


Jorge Alvarez

sábado, 1 de agosto de 2009

Presentación y bienvenida

¿Por qué escribir un Blog, habiendo cosas más interesantes que hacer? la verdad es que la repuesta todavía no la encuentro, sin embargo sé, con total confianza en el azar, que al camino se lo hace andando y si bien hoy la nebulosa se cierne sobre las acciones que realizo, mañana, por el vivir y el andar derecho, todo, quizás por esa contundente fatalidad del destino, tome la forma que debe tomar y sea nitida, la columna que entrelaza los hechos y las acciones. Para sorpresa de propios y extraños.

La intención de todo lo que se encuentre en este espacio, a partir de ahora, será al solo efecto de motivar el debate, la devolución interesada, se quien considere, que lo que se escribe, merece el tiempo de ser leído y respondido.

A la espera de ustedes, tal vez, para que en su imagen pueda encontrar la mía, agradezco la lectura y el tiempo invertido, en algo que todavía, no tiene la respuesta que merece.

Saludos,

Jorge