viernes, 26 de agosto de 2011

¿Qué significa ser trabajador?

"La clase obrera británica se va aburguesando cada vez más, de suerte que esta nación, la más burguesa de todas, parece tender a crear eventualmente una aristocracia burguesa y un proletariado burgués."
Federico Engels

La palabra que no es nueva en el lenguaje, ni en los libros de historia, ya que trabajadores (en su sentido básico) existieron desde siempre, toma una significación especial a partir de la revolución industrial y el crecimiento de las fábricas. Allí, puede decirse que nace el trabajador moderno, caracterizado principalmente, por su directa relación con los medios de producción, cuyos dueños, “compran” la fuerza de trabajo de estos para garantizar la producción de bienes. Hay que tener en cuenta que los trabajadores que precedieron a estos obreros industriales, se diferencian de ellos en la medida que tenían una relación directa pero con medios de producción artesanales que le permitían realizar productos determinados en una comunidad determinada.

No obstante, con la consolidación del Estado Nacional, la apertura de nuevos mercados (y su afianzamiento) y la generación de empleos de diversa índole, el término fue ampliándose hacia nuevos rubros. Fue así que los empleados del Estado, por ejemplo, pasaron a integrar también la categoría, junto con todos aquellos trabajadores que en relación de dependencia con algún patrón, prestaban servicios a cambio de un salario mensual.

Así fue pasando la modernidad y el Siglo XIX. Ya en el siglo XX la categoría, tal como la describimos en el último párrafo se había generalizado en su uso y en su forma. Así fueron acuñándose conceptos más complejos tales como “clase trabajadora” y “movimiento obrero” que en siguientes fichas analizaremos con más detalle.

Huelga preguntar, cuál es la relación que tiene la historia que describimos con la realidad de los trabajadores de correos en general y de los jerarquizados en particular. Y en ello se encuentra la razón de ser de esta primera ficha.

Preguntamos, ¿los telepostales –de base y jerarquizados- somos todos trabajadores o algunos son empleados y los demás jefes (o dueños)?

El tema, no está exento de polémica ni de complejidades para el análisis. En primer momento, la repuesta esperada es que si, todos los telepostales somos trabajadores, en la medida que prestamos un servicio, en relación directa con un empleador (o patrón) y que este, nos paga un salario por ello. Ahora,

¿Por qué hay telepostales que se creen más que otros?

El Gral. Perón (y los peronistas en general) decían que “un peronista que se cree más que otro, deja de ser peronista para convertirse en oligarca”. Con los telepostales pasa algo parecido. Ya que en algunas funciones empresariales, hay compañeros que por el nivel de sus ingresos y los lugares que ocupan en la pirámide jerárquica, se creen algo más que trabajadores. Se despersonalizan y se ven así mismos como garantes de la rentabilidad de la empresa y en muchos casos (hemos denunciado varios) se creen dueños de la empresa y disponen de ella de forma “personal”. En pocas palabras, hay empleados que “se convierten psicológicamente en dueños o patrones” pero en el fondo (y principio mismo de la cuestión) no dejan de ser empleados, son gigantes con pies de barro, con un paso en falso se desmoronan.

¿De qué forma se puede evitar este “desviamiento psicológico”?

Primero, con la humildad suficiente de saberse miembro de un conjunto de voluntades (podría decirse “clase”) que cumplen entre sí funciones distintas, a veces de mayor rango, pero que no dejan por eso, de ser miembros de esa colectividad.

Segundo, con la firme convicción de que todos somos trabajadores, con un origen común y un destino común. Aunque las tareas nos dividan o los patrones pongan entre nosotros tareas que nos dividan. Ningún miembro de clase, por más alta función que cumpla deja de ser trabajador (aunque hay ejemplos de traición y desmemoria, pero eso es otro tema), a menos que se ponga una empresa o una fábrica y emplee otra gente, allí su función si cambia, el que es dueño de los medios de producción, no es precisamente trabajador, sino que será “terrateniente” si es dueño de grandes porciones de tierra o “burgueses” si son propietarios industriales.

En definitiva, son muchos los aspectos que podemos analizar en relación a lo expuesto. Nosotros, no nos creemos dueños de la verdad, pero sí, somos propietarios de las razones que nos hacen pensar y actuar como lo hacemos. Será para debatir si ustedes las consideran correctas.-

Escrita para Compañer@, revista gremial de la AJEPROC.