lunes, 4 de octubre de 2010

Un cuento.-

I.

- Yo creo que no deberías ir, no seas tan necio, hay mal olor... ¿no te das cuenta? - dijo ella mientras cocinaban lo que iban a comer por la noche.

- Vamos a salir juntos desde el Sindicato y yo estoy seguro de que también vamos a volver juntos- afirmó él como respuesta- además no va a ser la primera vez que nos comamos una gaseada de los milicos.

- No se trata de eso -respondió, mientras lo miraba con ternura. - se trata de que tengo miedo que te pase algo, este gobierno es muy hijo de puta.

- No va a pasar nada, no te preocupes – dijo mientras cortaba las cebollas que vertía para rehogar en la olla -. Se que hay riesgos, pero mañana tenemos una posibilidad clara para definir el conflicto con el Gobierno, en cierto punto yo también tengo miedo – y los ojos se llenaban de lagrimas- por eso quiero que te quedes con las nenas.

Ella lo miró con cara de resignación. No atinó a decir nada en el momento, prefería dar un poco de aire a la discusión y retomarla cuando fuera más oportuna. No obstante, por la cabeza se le cruzaban los momentos previos a la definición. La cena había comenzado. Ambos estaban serios, como esperando que es lo que el otro podía decir. Él no aguantó y empezó a hacer una descripción de lo que sería el día siguiente, o al menos como esperaba que fuese - La conducción confía en que la caravana con corte, va a ser una medida que llame la atención del Gobierno y de la sociedad - expuso. Ella lo escuchaba mientras comía. Pensaba y repensaba en la medida. Le parecía arriesgada. Había votado a favor si, pero ya había escuchado declaraciones en los medios que amenazaban con “despejar las rutas”. El Gobernado de la Provincia, estaba en medio de una campaña nacional, quería mostrarse como un “hombre serio”, que no daría el brazo a torcer, menos con los maestros, a quienes parecía tenerles un odio viceral.

La cena estaba terminando, Ella casi no hablaba; simplemente asistía los análisis de Él; los cuales, pese a esa sensación de angustia que la invadía, en algún punto también los hacía suyos.

Ya en la cama, Él trató el tema sin evasivas. - Para mi es una cagada tener que ir y dejarte con las nenas -dijo como abriendo el paraguas-; pero es lo que voto la Asamblea y esa decisión la voy a respetar. Vos sabes como soy –concluyo mirándola fijamente. Ella simplemente lo oyó. No pronunció palabra. Dejó que él siguiera hablando y después de un rato intervino: cuidate, le dijo. Eran casi las dos de la madrugada. A las seis, era la convocatoria en Aten, la caravana saldría lo antes posible, para llegar temprano.

II.

-Estoy bien -dijo mientras se acomodaba en uno de los autos que lo llevarían a Arroyito. La caravana era grande y las sospechas de represión disminuían por la presencia masiva de compañeros- no creo que pase nada. Sandra, tomaba mates escuchando la radio. Tenía la garganta cerrada: cuidate, repitió.

III.

La Calf transmitía en vivo, al parecer la policía estaba apostada en el puente, el corte era total. Aunque los docentes ni siquiera llegaron a la ruta. La policía se los impidió.

Sandra llamo -Escuche por la radio que esta lleno de milicos, ¿Carlos, que pasa?. A esa altura de la mañana los docentes habían descendido de los autos para evaluar de qué forma harían la movida. La Conducción Gremial charlaba con los jefes policiales.

- Los milicos no quieren dejarnos subir a la ruta -dijo como respuesta a su señora- quedate tranquila que no pasa nada. Después te llamo.

Segundos después la represión estaba en marcha. Los gases y sus humos escondían la dignidad, mientras los garrotes aporreaban el esfuerzo de la lucha. Las corridas eran incesantes e inhumanas. Las balas de goma marcaban el ritmo de las corridas, las docentes se asfixiaban y los docentes, trataban de cubrir las espaldas de sus compañeras.

- ¡Paren! ¡Somos las maestras de sus hijos! -gritó una entre los sórdidos ruidos de la golpiza. Nadie respondió.

En Neuquén Sandra seguía por la radio y comunicaciones telefónicas, todo lo que pasaba en Arroyito. Su preocupación crecía. Sabía que Carlos estaba bien, pero no podía comunicarse y eso la perturbaba.

IV.

Mientras tanto, Carlos corría, se cubría y cubría de las balas y de los gases a los que tenía cerca. - ¡Todos a la ruta! -se escucho a lo lejos. El operativo parecía haber terminado. Muchos se reencontraron después del quilombo. Otros aprovecharon a reagrupar para poder ir hasta Senillosa, allí se habría de evaluar como continuar la contienda. Los autos emprendieron el camino de regreso. Pero no sería tarea fácil, la policía aprovechó la retaguardia docente para seguir con la represión.

Carlos iba en un 147 blanco. Sus acompañantes puteaban. Él tan solo escuchaba y miraba por la parte de atrás del auto. La cana no se iría tan rápido, los gases se hacían sentir debajo de los autos y a los costados de la ruta. El aire era irrespirable.

Sandra desde Neuquén escuchaba la radio. Carlos aprovechó para mandar un mensaje de texto: “estoy bien, vamos camino a Senillosa”.

V.

“Hay un docente gravemente herido” dijo el cronista que estaba en Arroyito cubriendo la represión. La imagen de Carlos se le vino a la cabeza. Corrió hasta la habitación a buscar el celular. Lo llamó, pero no paso nada. Probó de nuevo, pero fue lo mismo. -La puta que te parió, contesta, carajo!- dijo mientras se sucedía otro intento de comunicación. Pero nadie respondía el teléfono.

El silencio impregnó el escenario de operaciones. Todo se detuvo. Todo, menos el 147 donde él iba. Los gases sirvieron de cortina, un policía tomó la pistola lanzagases. Los corrió, apuntó y disparó.

VI.

Norberto gritaba y Gabriel lo tenía en sus brazos. Pronto se formó un cordón para impedir el paso. (El celular sonaba). Había mucha confusión, unos gritaban, otros puteaban, pero nadie sabía muy bien lo que estaba pasando. (El celular sonaba). Carlos estaba en el piso, bañado en sangre. (El celular sonaba).

VII.

A las 8:15hs de la mañana del veintidós de diciembre de 2009, más de dos años después, otro celular sonó. Liliana atendió y sintió que era el llamado que estaba esperando. El silencio gobernó la comunicación. - Comprendo -dijo-, ya no puedo soportarlo.

lunes, 10 de mayo de 2010

¿QUÉ HAY DESPUÉS DEL KIRCHNERISMO?

EL PROCESO ABIERTO EN EL 2003

En la Argentina desde el 2003, con el inicio del Kirchnerismo, se abrió la discusión sobre “la transversalidad”, o la posibilidad de “armar” independientemente de las estructuras partidarias. Esta vieja práctica de la política, astutamente renovada por el gobierno de Néstor Kirchner, permitió ampliar el margen de construcción de los partidos hegemónicos, como el Justicialismo y el Radicalismo, y se extendió hacia espacios de centro izquierda-izquierda o centro derecha-derecha – según el caso-, menos “poderosos” en materia institucional, pero fuertes a la hora de construir la idea de consenso frente a una sociedad que demanda a “la política” mayores niveles de unidad y acción coherente.

Si se considera que el proceso fue condicionado, en gran medida, por la crisis de representatividad que en su punto de mayor ebullición (las jornadas del 19 y 20 de diciembre) determinó la renuncia del ex presidente De la Rua, la “transversalidad” era el recurso, por antonomasia, de cualquier gobierno que quisiera gozar de cierta estabilidad o aceptación popular. Paradójicamente, esto también sirvió a la oposición, para el armado de espacios interpartidarios, con pretensiones de poder, como los que hoy están en la vereda de critica al Gobierno Nacional (Acuerdo Cívico y Social, Unión Pro, Proyecto Sur).

El proceso de apertura transversal, muy discutido desde el 2003, sufrió algunos reveses en las elecciones de 2007 y se vio seriamente dañado en los momentos que siguieron a la implementación de la Resolución 125. Es decir, en el gobierno de Cristina Fernández, tanto por la impronta de una gestión que ha tomado medidas de mayor relevancia “nacional y popular” (¿una profundización del proceso?), como por las pasadas elecciones de julio, las que sin dudas quisieron utilizarse para medir los niveles de popularidad del Gobierno Nacional en los distrititos de mayor peso o en los que el conflicto con el campo caló más hondo, el debate por la transversalidad, ha quedado completamente “relegado” al olvido.

Decididamente, el conflicto con el campo, no solo marcó el quiebre del Kirchnerismo como gobierno, si no que además lo llevó a cerrar filas con el Partido Justicialista y con la CGT, más que con la Izquierda transversal (Sabatella, Heller, Raimondi), para evitar que el ánimo destituyente encontrara apoyo en sus propias estructuras. Marcar el punto de quiebre en la relación con los otrora transversales, es una tarea bastante difícil, ya que señalar el “momento justo” es quitar a la practica política toda la dinámica que la caracteriza en su proceso de desarrollo con contradicciones, por lo que no se indagará en esta perspectiva.

No obstante, y para superar el impedimento, se puede decir que en la actualidad la Izquierda no es el aliado natural del Gobierno, y este parece más interesado por eliminar los obstáculos con las líneas internas y recomponer su imagen social, que preocupado por recuperar los aliados que legitimaron a Néstor cuando esté tenía tan solo el 20% de los votos como sustento.

El Kirchnerismo no parece interesado en convertirse una fuerza de centro izquierda, y hoy su interés es lograr consenso con los distintos gobiernos provinciales del país y municipales de la provincia de Buenos Aires. Su estrategia de consenso (si es que el “consenso” existe) dejó de ser –si se permite la disociación- política y paso a ser institucional.

¿DÓNDE QUEDA LA IZQUIERDA?

Quizás la falta de “homogeneidad” que impera en el análisis de los distintos sectores internos de la izquierda, este tema sea un camino de discusión que todavía no ha sido incursionado del todo.

Por un lado tenemos a la Izquierda más identificada como “marxista” en sus distintas variantes: Trotskistas, Maoístas o Leninistas, que desde la perspectiva de la lucha de clases ve al gobierno como un “progresismo policlasista” que no tiene pretensiones de romper con el capitalismo y las corporaciones financieras, lo que no hace posible la transformación estructural del país.

A su vez, en el espacio de lo “nacional y popular” la tendencia está dividida en tres sectores: los “oficialistas”, los “opositores” y los “críticos no opositores”. Estos tres espacios son los que, a mi criterio, más contribuyen a desatar el nudo gordiano.

Como “opositores” podemos identificar grupos de militancia peronistas, más bien históricos, de los que podría decirse, no apoyan al gobierno por que lo ven como “ambiguo”, sin definiciones programáticas, pero que además apelan a una retórica progresista pero sin proyectar transformaciones sustanciales. Proyecto Sur, y sus distintas vertientes (CTA, PS, Moreno) es el ejemplo emblemático de este sector, al cual también podría sumarse Libres del Sur, quien recientemente se expresó como integrante del referido espacio frentista.

En el otro extremo de estos están los oficialistas, quienes pueden o no integrar las filas del Frente para la Victoria, o el PJ, pero se anexan de forma vertical al Kirchnerismo, ya que no expresan criticas (al menos de forma pública) y son los que ponen en funcionamiento la maquinaria de apoyo cada vez que es necesario presentar fuerte al gobierno en sociedad. En esta categoría se pueden identificar algunos sectores intermedios y más bien sociales o sindicales (Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, la CGT, Movimiento Evita, entre otros).

En el medio, existe un amplio espectro de organizaciones, partidos, movimientos y demás instituciones intermedias que se debaten, de forma permanente, entre el apoyo, la critica, el alineamiento y la lejanía. Estos sectores no resignan sus espacios, ni mucho menos su identidad, aunque por su contribución o apoyo a determinadas políticas gubernamentales, quedan más bien rotulados como Kirchneristas, aunque no lo sean estrictamente.

En definitiva lo que hasta aquí se viene manifestando no presenta la más mínima novedad al tema. Milímetros más, milímetros menos, es un análisis que se comparte “transversalmente” en el espectro político. Y hasta se podría decir que siendo un presupuesto básico para cualquier conceptualización, hasta estaría de más realizarlo.

Sin embargo, este punto de partida, identificando los actores y posiciones, es el que nos permite proponer una salida al problema en el que actualmente se encuentra la Izquierda, al menos la que no se define estrictamente como marxista.

CONCLUSIONES

1. La Argentina vive un proceso convulsionado en lo político-social y de estabilidad en lo económico. Se está produciendo un reacomodamiento de organizaciones que en los últimos (y también en los primeros) años de la Democracia, parecían más bien dispersos. Asimismo, los esfuerzos por heterogeneizar el campo político, solo han contribuido a polarizarlo, y por un lado vemos, a los representantes de la “restauración conservadora” (según se definiera desde Carta Abierta) y del otro, a los representantes del colectivo Kirchnerista, que a fuerza de políticas publicas precisas (otra es la discusión de su necesidad e intención), viene arrastrándose a sí mismo y a un amplio abanico de organizaciones. En el medio de ellos repetimos, las centro izquierda-izquierda y las centro derecha-derecha.

2. Es necesario dilucidar que la oposición férrea contra el Kirchnerismo es funcional a los intereses de un enemigo mucho más poderoso económicamente que el propio Kirchnerismo. Vencerlos, no es profundizar, si no más bien entregar los cambios, a un agrupamiento más fuerte que el propio espacio de izquierda-centro izquierda, como es la corriente de la Restauración.

3. La centro izquierda-izquierda, que no quiera contribuir a la dilapidación de un proceso que con contradicciones (y también con incoherencias) se viene desarrollando desde 2001, es necesario que tome partido por el espacio que mejor garantice la continuidad.

4. Hoy ese espacio es el que representa el Gobierno Nacional. Gobierno que no es ni revolucionario, ni transformador radical de las condiciones sociales existentes, pero que en última instancia (y con todas las contradicciones que se puedan señalar) ha abierto una brecha de ruptura con las políticas neoliberales y neoconservadoras.

5. En este contexto, con acumulación de ambos lados, es necesario definirse de la forma más beneficiosa para el pueblo, o si se quiere, de la manera que permita construir poder desde un espacio critico, que aún no se alineado, tampoco es funcional a los intereses del sector conservador.

6. Bajo ningún punto de vista debe contribuir a que el Kirchnerismo aumente la acumulación de poder. Ya que en esta instancia de contradicciones, la primera necesidad, es justamente, mantener lo que se ha institucionalizado, no obstante, la siguiente, es profundizar la línea de políticas de Estado, y para ello el Kirchnerismo no cuenta ni con voluntad ni con objetivos. “La profundización no es con el Gobierno Nacional, si no con las izquierda-centro izquierda.

7. Pese a la “ruptura” con el paradigma neoliberal y neoconservador de los últimos años, la Restauración Conservadora, o el retorno de políticas como las que la Argentina ha venido sufriendo desde el Golpe-Cívico Militar de 1976, es todavía una posibilidad latente en lo interno, pero mucho más en lo externo. Y aunque América goce de un giró de políticas gubernamentales y exista un eje que insiste en transformaciones sociales profundas y esperadas (en casos) desde 1492, el enemigo no está vencido. Grecia demuestra que ante la debilidad de las Naciones, y ante un agrupamiento internacional adverso, el stablismenth todavía goza de la fuerza suficiente para “quebrar” el desarrollo autónomo de los países del tercer mundo (e incluso de los en vías de desarrollo, si se permite la libertad conceptual).

8. El proceso de acumulación de la Izquierda-Centro Izquierda, es a mediano plazo. No hay que ser ansiosos en la construcción, por el momento es necesario acompañar para no perder, que enfrentar para entregar. No obstante, la construcción de izquierda debe ser el aliado estratégico solo en tiempos de crisis, ya que de no mantener una distancia prudencial, en tiempos de paz, se corre el riesgo de ser devorado por el monstruo de la maquinaria gubernamental.

En conclusión, en el proceso que se desarrolla en nuestro país es de una complejidad que no solo debe tenerse en cuenta, si no que además debe analizarse. Es posible que el Kirchnerismo no tenga más intensiones de hacer lo que hasta ahora ha hecho, con todas las limitaciones y todas las virtudes, pero esto no debe ser un impedimento para acompañar críticamente, ni una razón para oponerse radicalmente. En el camino de la construcción de la Izquierda- Centro Izquierda, los pasos para la consolidación son mucho más que dos.

No solo es necesario acompañar, para que el proceso no se detenga, sino también acumular para presionar con mucha más fuerza.

El Kirchnerismo es un movimiento que no se mueve por acción solamente, sino también por reacción, tanto a las demandas como a las oposiciones. No es omnímodo ni mucho menos.

Superarlo, no es vencerlo, ni vencerlo es superarlo. Pero si se quiere apelar a esa retórica, después de él vienen: la restauración conservadora o el gobierno del pueblo.

Por consiguiente, se lo vence y se pierde o se lo supera, para la victoria definitiva del pueblo.

Afortunadamente, la llave para la definición está en la Izquierda-Centro Izquierda.


Jorge Alvarez