La pregunta, tal vez del millón de dólares, tiene que ver con Donald Trump y cuanto puede modificar su administración, la política exterior de Estados Unidos, al menos en los términos en los que la heredó de Barack Obama (Y en relación al conflicto árabe-palestino-israelí).
CAMBIO DE ESTRATEGIA. MEDIO ORIENTE Y ASIA OCCIDENTAL.
La
relación histórica entre los Estados Unidos e Israel, si bien no es reciente,
tampoco es tan lejana como muchos creen. La conformación del Estado hebreo en
el enclave medio-oriental conocido como "Palestina", se debió más a
los intereses anglo-franceses que a la acción de la potencia septentrional
americana, que por aquel entonces, aún no cosechaba los frutos de la debilidad
europea de posguerra.
Sería
recién promediando la década del cincuenta cuando Estados Unidos comenzaría a
actuar en oriente próximo, bajo la lógica de co-existencia con Rusia y la
división del mundo en áreas de influencia. Pese a lo tardío del arribo, a largo
plazo, la alianza con el sionismo, en tanto nacionalismo judío, y más tarde con
las monarquías sunníes, le dio resultados mucho mayores que los obtenidos por
Rusia en torno al "panarabismo" de Siria y Egipto.
Este
ascenso estadounidense en la tutela del Asía Menor y el Oriente Próximo, se vio
luego consolidado diversas estrategias de hostigamiento para con la disidencia
(religiosa y política), el ascenso de actores aliados como Turquía y la derrota
de los rusos en Afganistán, que le laurearon recompensas por el apoyo a la
resistencia afgana.
Dejando
un poco de lado la historia y las diversas respuestas bélicas y políticas entre
árabes y judíos (no menores en importancia, claro está), la fotografía más
reciente de oriente próximo es la del último periodo de Barack Obama: ascenso
del Estado Islámico en los territorios de Irak y Siria, avance contra yemeníes
en la península arábiga y el acuerdo de "contención nuclear" con la
República Islámica de Irán.
En
ese nuevo contexto, el conflicto árabe-palestino-israelí pasó a un notorio
segundo plano, cuestión oportunamente aprovechada por la Autoridad Nacional
Palestina (ANP) y el gobierno de Mahmud Abbas, para granjearse éxitos
diplomáticos sorprendentes, entre ellos: el reconocimiento de Palestina como
"Estado Observador no miembro" de la Organización de Naciones Unidas
(ONU), reconocimiento como “Estado” por parte del Vaticano (aunque de menor
impacto internacional) y en diciembre pasado las notables sanciones que impuso
el Consejo de Seguridad de la ONU a Israel por la permanente colonización de
tierras palestinas y el sometimiento de la población en territorios ocupados.
Benjamin Netanyahu y Donal Trump - Rueda de Prensa - EE.UU febrero 2017. |
¿NUEVO CAMBIO? EL ARRIBO DE DONALD TRUMP
Mucho
se ha hablado de la capacidad (o no) de Donald Trump para torcer directrices
(¿consolidadas?) de la política y el comercio exterior de los Estados Unidos.
En principio, habiendo pasado muy poco tiempo desde su asunción, lo atinente al
comercio exterior y acuerdos mega-regionales, la enemistad con Rusia y la
posición hacía Cuba han tenido un cambio significativo. Medio Oriente, todavía
en el horizonte del nuevo presidente, permanece bajo un manto de incertidumbre.
Si
uno se guiara por lo primeros gestos, el panorama a simple vista, parece
complicarse. La designación de David Friedman como embajador norteamericano en
Israel ha despertado el rechazo tanto de árabes, como de judíos progresistas
que piden al Senado no aprobar la designación.
Friedman,
abogado especializado en quiebras, que es un defensor del Estado de Israel y
las incursiones en territorios ocupados, ha anunciado su intención de trasladar
la Embajada a Jerusalén, la "capital indivisa del pueblo judío"
declarada así, por el propio Estado de Israel, en 1980. Anuncio que ha generado
un cimbronazo tremendo en la comunidad internacional.
En
ese sentido, no está de más recordar que la Resolución 478, del 20 de agosto de
1980, declaró nula la declaración del parlamento judío (Knéset). Por lo que en
la actualidad, las embajadas están radicadas en Tel Aviv en consonancia con los
reparos y sugerencias interpuestos en el Consejo de Seguridad de la ONU de
aquel entonces.
Ahora
bien... ¿qué nivel de empatía existe verdaderamente entre Trump y Netanyahu?
Dario
Teitelbaum, dirigente de la izquierda israelí Meretz, sostiene que "las
muestras de aprecio mutuo son inequívocas. No solo por sus vinculaciones
personales sino también porque ambos se necesitan. Formalmente, están
planteando una política de `win-win´ [victoria para ambos], pero pese a
eso, hay sectores israelíes que se sienten desilusionados... esperaban un poco
más que lo que Trump está dando. Aún así, -sostiene Teitelbaum- ésta
relación es mejor que la que había con Obama".
En
otro sentido se expresa el intelectual Julián Schvindlerman, miembro de la
comunidad judía argentina e ideológicamente cercano al Premier Israelí. Para él
"hay más sintonía entre estos dos presidentes que la que hubo con
Barack Obama" y que en los asuntos centrales "hay una fuerte
comunión ideológica entre ambos [por Trump y Netanyahu]." Respecto a
los cambios en política exterior, Schvindlerman entiende que "si bien
puede haber tribulaciones a corto plazo, lo que se está produciendo es un
cambio de paradigma hacía Medio Oriente, ya que lo que se llamó `acuerdo de
paz´ [por el acuerdo de Oslo en 1993] no ha generado si no guerra y
muerte hacía el pueblo judío".
En
otra línea de análisis se encuentra Carlos Aznárez, director de "Resumen
Latinoaméricano" y destacado activista pro-Palestina. Para él "Estados
Unidos e Israel más allá de quien gobierne tienen acuerdos sellados, lacrados,
que no van a romperse. El lobby sionista tiene muy controlado al gobierno de
los Estados Unidos y eso dificulta cualquier avance a favor de los
palestinos." Respecto de Donald Trump, Aznarez es enfático, lo
califica como "absolutamente provocador" y señala que su
ascenso y protección hacía Israel "tensará aún más el conflicto,
incluso en contra de sus otros aliados regionales."
SOLUCIONES AL CONFLICTO ¿UNO O DOS ESTADOS?.
Otro
tema completamente distinto es si las cercanías evidentes e inequívocas entre
Trump y Netanyahu, garantizan un avance en materia de solución al conflicto.
Más en un año como este, en el que se cumple el cincuenta aniversario de la
ocupación israelí en Gaza y Cisjordania. En ese sentido, la visita de Netanyahu
a su par norteaméricano, en febrero de este año, ha reavivado las posiciones al
respecto.
Donald
Trump habla de "nuevos acuerdos regionales" que contengan un
acuerdo de partes y por otro lado, los árabes sostienen que "si EE.UU
quiere realmente la paz, tiene que forzarla sobre Israel y no sobre
Palestina", de acuerdo a las declaraciones del diputado de la Lista
Árabe Conjunta en la Knéset, Ayman Odeh, a la televisión Libanesa realizadas
también en febrero.
La
creación de los "dos Estados para los dos Pueblos"; algo que pudo ser
un horizonte de continuidad a Oslo, parece estar bastante más lejana que en
otros tiempos.
Para
Teitelbaum, cualquier instancia de negociación, para tener visos de
posibilidad, debe contener cuatro puntos claves e indispensables de acuerdo. "El
primero -dice- es volver a los límites territoriales del `67´ con
referencias claras e inviolables. El segundo, es la desmilitarización de la ANP
y los territorios palestinos. El tercero, una definición respecto del agua y la
electricidad y el cuarto, de qué forma se administrará Jerusalén". El
dirigente de Meretz insiste que "la negociación no será fácil, ya que
la opinión pública israelí tiene una posición muy dura respecto de los
palestinos" pero no descarta que se puedan encontrar acuerdos
intermedios.
Respecto
las partes integrantes de una eventual nueva negociación, Schvindlerman
entiende que "el diálogo es regional" y que si bien es posible
avanzar en negociaciones, "la presencia de muchos actores dificulta la
posibilidad de un acuerdo". De igual modo, pone en la mesa la
presencia de Rusia "un país con pretensiones de participación"
y los desacuerdos respecto de Irán que puede gravitar fuertemente en el
entendimiento entre Estados Unidos e Israel.
Más
lejana ve la posibilidad de acuerdos el Director de Resumen Latinoamericano
quien señala que "aunque loable como objetivo, es imposible la solución
de dos Estados" y agrega que "el odio, la injuría, el
maltrato, la muerte vertida por el sionismo sobre el pueblo palestino, han
dejado heridas que no serán zanjadas por una mesa de negociación. Además -
se pregunta - ¿quién hablará en nombre del pueblo palestino?". Para
Aznarez, Mahmud Abbas, Presidente de la ANP, "no cuenta ni con el apoyo
ni con la legitimidad para sentarse en una negociación de ese tenor."
EN FIN
Difícil
resulta trazar un análisis claro en un conflicto complejizado por el paso del
tiempo, los mutuos desacuerdos/deslealtades, las presiones de los enemigos
internos a cada facción (tanto israelí como palestina), entre tantas otras
variables de peso.
No
obstante esta dificultad, hay algunas cuestiones que inquietan, al menos ante
posibles negociaciones: en su carácter ¿será de partes o estará tutelada por
actores internacionales?; respecto a su alcance ¿será local, es decir solo
árabe-palestino-israelí o regional, incluyendo las pretensiones de otros
actores internacionales?. Por último, pero no menos importante, está el factor
interno, toda negociación implica cesión ¿cuánto está cada parte dispuesta a
dejar de lado para alcanzar un acuerdo duradero y posible de respetar, no sólo
por los gobiernos, sino también por la opinión pública?.
Aquí
la cosa se vuelve más gris. Y el espejo más reciente es la fallida cumbre
realizada en Jordania en marzo de 2016. Allí Estados Unidos, Egipto, Israel y
el país anfitrión trataron de avanzar en acuerdos de paz. Nada pasó. Al menos,
nada que haya cambiado favorablemente el escenario. El ofrecimiento consistía
en reconocer el Estado Judío a cambio de reabrir negociaciones con los
palestinos con apoyo de países árabes. Natanyahu rechazó la propuesta,
aduciendo que no pasaría el filtro de sus aliados de gobierno.
Otra
oportunidad que se va… mientras la paloma blanca de Gefen (poeta israelí) sigue
envejeciendo, con una rama de olivo cada vez más seca en su pico.
Jorge Alvarez