Desde
2008, con la promulgación de la “Ley para la Prevención y Sanción
de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas”, 11.169
personas fueron rescatadas de la “trata”. La
mayoría de ellas se encontraba “tratada” con fines laborales y
con dos elementos aglutinantes: eran predominantemente mujeres y
extranjeras.
En
lo que tiene que ver con la Trata de Personas con Fines de
Explotación Sexual, los números repiten el esquema: el 54% de las
víctimas son mujeres. La mayoría, extranjeras. Los números más
recientes publicados por el Ministerio de Justicia de la Nación, no
son menos funestos. En lo que va de 2017, el 66% de las víctimas
registradas fueron sometidas con fines de explotación sexual,
mientras que el número de extranjeras sometidas aumentó a un 63%.
Con
ámbito de actuación delimitado hacía dentro de las ciudades de
Neuquén, Plaza Huincul, Cutral Có, Plottier y Rincón de los
Sauces, es la Fiscalía Federal Nº 2 la encargada de luchar contra
la Trata de Personas. De acuerdo a la información suministrada por
el organismo, la principal vía de acción contra los delitos
tipificados por la Ley 26.364 es la “Línea 145”. Aunque se
aclara, que esto tiene que ver con motivos operativos y es objetivo
institucional “tomar una actitud pro activa para el relevamiento de
casos de trata”. Es decir, caminar el territorio para obrar de
oficio.
Consultada
sobre el tema, Cristina Beute, la Fiscal a cargo del “Federal”,
describe un panorama claro de las razones por las cuales los
objetivos institucionales, se enlazan con un fuerte compromiso
político e ideológico ante la problemática.
-
¿Qué evaluación hace de la problemática que vincula la trata y la
prostitución?
Cristina
Beute: - Yo te puedo
hablar desde un lugar de trabajo que se encuentra en contacto con
mujeres que ejercen la prostitución. Mi contacto, es un poco
particular, porque es desde el lugar de funcionaria. Es difícil que
desde allí se pueda generar mucha empatía pero así y todo, yo te
puedo decir que de todas las mujeres que he conocido, ninguna ha
llegado a la prostitución producto de una elección libre. Todas
vienen de situaciones de altísima vulnerabilidad económica, social,
de género, migratoria. En ese sentido, a mí me resulta muy difícil
pensar que la elección de vivir del comercio sexual es una elección
libre, como normalmente se sostiene.
-
¿Cómo aborda la Fiscalía el trabajo en lo cotidiano?
Cristina
Beute: - Actuamos e
intervenimos como respuesta a una denuncia, en la mayoría de los
casos. Si se corrobora la concurrencia de elementos que puedan
evidenciar trata de personas, nosotras intervenimos a través de la
irrupción en prostíbulos y a veces también, en el domicilio de los
dueños de los prostíbulos.
Las
actuaciones se realizan con las Fuerzas de Seguridad, generalmente
federales, teniendo siempre la prevención de ingresar a un lugar
considerando que las personas que vamos a encontrar allí, son
presuntas víctimas y que tienen que ser tratadas como tales. Por eso
de los operativos participa siempre personal de Fiscalía. Yo
personalmente voy a todos los allanamientos, acompañada de personal
de la Fiscalía y también de los equipos interdisciplinarios del
Ministerio de Justicia en la región y del Centro de Atención a la
Víctima del Delito de Provincia.
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Imagen de la página del Ministerio de Justicia de la Nación. Línea 145. |
-
¿Qué pasa si se encuentran personas sometidas a la trata?
Cristina
Beute: - Finalizado el
allanamiento si hay personas que están en situación de trata o de
explotación sexual se les ofrece rescate. Esto es importante, porque
la Ley [contra la trata] fue modificada en 2012 y se hicieron
extensivos todos los derechos de rescate, también a las personas en
situación de explotación sexual. Hasta esa fecha, el derecho era
privativo para las personas víctimas de trata. En este caso, el
legislador también ha tenido la sabiduría de decir “no le voy a
dar valor al supuesto ‘consentimiento’ de la víctima para
sacarle responsabilidad al que actúa sobre ella”. El
consentimiento de la víctima, hoy en día, no es un elemento que
permita eximir responsabilidad a quien somete a una persona a la
prostitución.
La
“Trata” tal cómo se masificó en el imaginario social ha
cambiado. Ya no predomina en su faz violenta, de sometimiento y
tráfico duro. Actualmente, las modalidades de trata, tanto externa
como interna, apelan a la vulnerabilidad de la víctima y sus
necesidades urgentes. Sobre ese territorio, se sugiere la toma de
decisiones “en libertad”, tanto como una salida “real” ante
los problemas, tanto como un recurso “transitorio”.
LA
VIOLENCIA EN NÚMEROS
El
Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas
Damnificadas por el Delito de Trata asistió, hasta la fecha, 11.169
víctimas. El 46% de ellas sometidas a Trata con Fines de Explotación
Sexual.
En
la región, el mapa de la violencia (en una mirada más amplia que la
de la trata) tiene el mismo trasfondo de vulnerabilidad que genera
víctimas para el sometimiento sexual. De acuerdo al último informe
difundido por el “Observatorio de Violencia contra las Mujeres”
dependiente de la Subsecretaría de las Mujeres del Ministerio de
Ciudadanía provincial, en el primer trimestre de 2017, se tomaron
2.509 denuncias, con un registro final de 2.207 mujeres en situación
de violencia.
A
razón de 28 denuncias por día, el mapa de la violencia hacia las
mujeres permite observar otros elementos que evidencian lo que Beute
describió como “vulnerabilidad”: el 98,33% de las mujeres
sometidas a violencia la sufre en el ámbito doméstico y el 91,42%
de las denunciantes, ha manifestado haber sufrido violencia en más
de una oportunidad.
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Informe de "Línea 145": página de Ministerio de Justicia. |
¿Quién
ejerce la violencia contra las mujeres? De acuerdo a los números del
Observatorio, el género del agresor es masculino en un 84,26% de los
casos. Siendo los vínculos predominante para el ejercicio de la
violencia el de “ex-pareja” (50,44% de los casos) o el de “actual
pareja” (en el 23,60%).
El
nivel de vulnerabilidad al que están expuestas estas mujeres se
entiende en razón de otros indicadores: el 48,42% de ellas no tiene
trabajo y sólo el 2,1% cuenta con título universitario o terciario.
El
sometimiento social, la falta de oportunidades por carecer de
formación académica, el desempleo, generan vulnerabilidad. Sobre la
vulnerabilidad opera la violencia y también la explotación sexual.
LA
MIRADA DE A.M.M.A.R
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Imagen de una actividad de A.M.M.A.R en la ciudad de Neuquén. |
Ahora
bien… ¿Puede haber ejercicio de la prostitución con
consentimiento? ¿Es posible la elección del “trabajo sexual”?
Hay mujeres que dicen que sí. Son las de A.M.M.A.R (Asociación de
Mujeres Meretrices de la Argentina), una suerte de organización
sindical para las que “trabajan con su vagina”, tal como señala
una dirigenta que pide no ser identificada.
Justamente,
es esa dirigenta de A.M.M.A.R la que vincula al cronista con “Rubí”,
una muchacha dominicana que se reivindica “trabajadora sexual” y
que dice haber llegado al país “para eso” cuando tenía 27 años
de edad, 3 hijos y una madre. Si bien el diálogo con “Rubí” se
enfoca (” estrictamente) sobre lo “laboral, el cronista presume
que es madre soltera y que hoy se encuentra en el país junto a sus
hijos. Aunque es posible que haya llegado sin ellos. El lugar en el
que “trabajaba” dice, fue cerrado el pasado 8 de abril por acción
de la Fiscalía Federal de Beute.
¿Por
qué decidiste empezar a trabajar sexualmente?
Rubí:
- Yo como soy
extranjera, voy a un lugar a pedir empleo y me la quieren poner
difícil ¿me entiendes? Pero como este es mi cuerpo y yo con mi
cuerpo decido hacer lo que yo quiera, antes que ir a pedir empleo y
que me den vueltas pidiéndome papeles y ese tipo de cosas, prefiero
vender mi cuerpo, primero porque es mío y soy adulta. Y además,
porque para mí es más fácil, es mi decisión y con él puedo ser
yo mi propia jefa. Mantengo mis hijos de esto, pago mi casa.
¿Hace
cuantos años que trabajas sexualmente?
Rubí:
- Hace nueve años. Yo
soy dominicana, en aquel tiempo uno compraba un pasaje, llegaba y
entraba, no era que te la ponían difícil. Venías, te instalabas en
un hotel y allí conseguías amigas que te ayudaban. Ahí hasta los
mismos dueños del hotel te abrían un poquito los caminos, no era
que te traía alguien y te decía “¡ven que vas a laburar!”…
no, no era así. Te ayudaban a salir adelante.
¿Cuándo
empezaste a trabajar sexualmente fue un momento en el que tuviste la
posibilidad de elegir?
Rubí:
- Claro que sí. Yo
vine para eso al país, llegué siendo grande. Sabía a lo que venía,
entré a este país con mi mente preparada para trabajar sexualmente.
¿No
te sentiste victima en ningún momento?
Rubí:
- No, en ningún
momento fuí víctima. Yo te dije que vine a este país con 27 años.
Para mi víctima es cuando tienes de 15 o 14 para abajo, cuando no
tienes la mente desarrollada. A los 27 ya la tienes bastante
desarrollada. Ya sabés a lo que vas…
Decías
que tu lugar se cerró en abril de este año, ¿cómo hacés para
seguir trabajando?
Rubí:
- Tengo que irme a la
calle, no me queda otra. Si no vas a la calle te cagas de hambre…
¿Con qué mantengo el alquiler? ¿Con qué les doy de comer a mis
chicos que son adolescentes y están estudiando? El problema es que
en la calle te encuentras con un montón de riesgos. A la semana que
me puse a trabajar vino un tipo que no me quiso pagar y me molió los
ojos. Me los dejó todos morados.
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La Secretaria Nacional de A.M.M.A.R fue una de las impulsoras del proyecto de reglamentación del trabajo sexual en la región. |
La
dirigenta de A.M.M.A.R presente en el encuentro dice que la trata no
es lo que antes. Cuenta que cambió al ritmo en el que las mujeres
que ejercen la prostitución, fueron ganando terreno en la
administración del “trabajo”. “Ahora
– aclara –
somos consideradas tratantes, facilitadoras de la prostitución o
regentas. La figura del fiolo ya desapareció y nosotras somos
mujeres que trabajamos con nuestra vagina y cobramos por ello”.
Luego, la exposición de Rubí
continúa, pero se van sumándose otras voces, la de Sammy, por
ejemplo. Las entrevistadas plantean que el problema es que no les
permiten reabrir los locales en lo que las chicas trabajan y que eso,
las expone a situaciones de violencia, como la que relata Rubí.
Otras dicen que el problema está en las que quieren hablar por
ellas… aclaran que en las casas funcionan solidariamente, que
comparten los gastos y que ninguna se queda con lo que no le
corresponde. Dicen que en la ciudad, hay prostíbulos que someten a
las mujeres y se quedan con el 50% de lo que ganan.
Complejo
problema el que tensa la prostitución con el trabajo sexual. Tan
complejo como el entramado de actos violentos que vulnera a las
mujeres, tan difícil de desentrañar como el nudo de conductas
masculinas que las legitima.