domingo, 3 de abril de 2016

¿QUIEN ASESINÓ A CARLOS FUENTEALBA?

Carlos Fuentealba con sus hijas, en un viaje familiar.

Inmiscuido en cuestiones políticas desde temprana edad, su primer cargo ejecutivo fue frente al Municipio Capital y desde donde delineó lo que sería su paso a la gran política Neuquina. Sobre finales de los 80´constituyó el MAPO (Movimiento de Acción Política), línea interna en el MPN (Movimiento Popular Neuquino) con la que válido su candidatura a Gobernador ganándole en interna partidaria, nada menos que a Felipe Sapag.
Siendo Gobernador, su proceso no fue distinto al del entonces Presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem. Accedió a votos y expectativas frustradas con un fuerte discurso progresista, integrador y esperanzador y en el poder se encargó de hacer todo lo contrario.
Eso sí, hubo tres acuerdos que respetó; uno, el de modificación de la Ley 611 que crea y regula el funcionamiento del Instituto de Seguridad Social de Neuquén (caja de previsión y servicios de salud de los empleados públicos provinciales) aumentando el número de representantes gremiales. Otro, legislando (o permitiendo que…) en materia de resguardo de derechos para niños, niñas y adolescentes, la nacionalmente famosa Ley 2302 de protección integral de niños, niñas y adolescentes y por último, enmendando la constitución de la provincia de Neuquén, poniendo el sistema D´hont para el reparto de bancas legislativas, garantizando de esta manera el ingreso de las minorías al parlamento.
Jorge Omar Sobisch, gobernador en varios periodos constitucionales (1991-1995 / 1999 – 2003 / 2003 – 2007) es un fenómeno significativo de la política provincial. Hijo de Juan Carlos Sobisch, un militar de carrera y también fundador del Movimiento Popular Neuquino, fue mencionado por Jorge Rafael Videla como una joven promesa de nuestra provincia.

EN CONTEXTO.

Siendo el último año de gestión de Sobisch y no pudiendo ser reelecto, y con un fallido intento de reforma de Constitución que lo validara, estaba en franca retirada para marzo de 2007, cuando las clases debían comenzar, como en casi todo el país.
Su gestión, de neto corte autoritario, se caracterizó por una fuerte presión y hostilidad sobre los sectores que no comulgaban con sus posiciones, originalmente personales y luego devenidas en políticas públicas.

Los docentes fueron sin dudas, su enemigo preferido. En ellos condensó lo más retrogrado de su discurso y a ellos dirigió la más dura de sus políticas de negociación. Ahí llegamos al primer día de paro. La huelga iniciada por ATEN (Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén), contaba con varios antecedentes: el reclamo en plena elección de 2003; los enfrentamientos en Plaza Huincul en 2006, cuando Sobisch ordenó liberar la zona de policías para garantizar que las patotas de la UOCRA, golpearan, apedrearan y echaran de las puertas de la refinería de Plaza Huincul a los docentes que reclamaban por aumento salarial.Y también la retórica antidocente del gobierno, Sobisch siempre se preguntó para que sirve la escuela, si él siendo imprentero, pudo llegar a ser gobernador.
En ese sentido, 2007 no estaba exento de historia, ni la represión ordenada por el PEP (Poder Ejecutivo de Neuquén) podía verse como un hecho aislado.
Sin puntos de acuerdo en materia de negociación, la asamblea docente de ATEN, los primeros días de abril definió jugar la carta más difícil: cortar para semana santa (jueves 5 , viernes 6 de abril) el paso de Arroyito, pequeño puente que abre el paso hacia el centro – norte y sur de la provincia. La intención era mostrar la huelga, bastante cercada por la prensa, darle carácter nacional (Sobisch se encontraba jugando en las presidenciales) y forzar una instancia de encuentro de partes. El conflicto, si bien multitudinario en sus movilizaciones, estaba en su ocaso.
El operativo provincial se hizo temprano, por lo que las fuerzas de seguridad llegaron primero que los trabajadores de la Educación. La cámara hotelera y de turismo de San Martín de los Andes y la Cámara de Comercio de Neuquén habían pedido al Gobernador que despeje la ruta de bienes y personas, ya que los negocios de Semana Santa no podían obstruirse por un reclamo docente.
ATEN salió en caravana desde Neuquén capital pasadas las seis de la mañana del 4 de abril de 2007. No llegaron a instalarse en la ruta. La policía comenzó la represión sin aviso y la represión se transformó en cacería. Ni siquiera la estación de Servicio YPF (a la vera de la Ruta 22) sirvió de reparo para las maestras casi ultrajadas por la balacera policial en el campo abierto de Arroyito.
El intento de corte se había frustrado. El repliegue se hacía obligatorio y en Neuquén capital ya se estaba organizando una convocatoria para recibir a los compañeros reprimidos.

LA HISTORIA DE CARLOS.

Sandra ha contado en innumerables diálogos como fueron los días previos. Carlos votó en contra del piquete en Arroyito, no estaba de acuerdo y pensaba que iba a ser una jornada tensa. En la noche previa a la caravana al corte, decidieron que él iría y ella se quedaría con las nenas. Estaban en contacto por teléfono. Carlos decía que iba a estar todo bien y que se mantendría alejado del foco de conflicto.
Vino, entonces, la balacera indiscrimida, el repliegue y la vuelta hacia Neuquén. La persecución hasta Senillosa (apróximadamente 10km desde el corte) y el 147 blanco con Carlos arriba. Miraba para atrás desde la luneta del auto. No participó de los incidentes. Estuvo lejos, incluso colaboró con compañeras que se habían visto superadas por la situación.
Ahí aparece Rubén Darío Poblete. El cruce del auto. El disparo ladino, cobarde e innecesario. Y Carlos en el piso. La situación desbordada y la confusión. Los militantes lo rodearon, lo sacaron del auto mientras Poblete se ocultaba en el aparato represivo que ejecuto la orden del Gobernador. Eso fue el 4 de abril de 2007.
Más tarde vino la vigilia en el Hospital, la búsqueda de esperanzas en el parte médico y el rastreo de los compañeros que estuvieron en ese momento con Carlos, había tanta confusión que nadie sabía muy bien que hacer o a quien buscar.
El anuncio del fallecimiento de Carlos, no sorprendió a nadie. Mario Benedetti diría que fue “uno de los absurdos previsibles”. Nadie podía hablar. Ese 5 de abril por la noche hubo una manifestación espontanea por el centro de Neuquén. Nadie cantó una sola canción. No había fuerzas ni ánimo para hacerlo. Ese día empezó la historia de Sandra…. ¿Quien era esa mujer que había perdido a su compañero? ¿como se la acompañaría luego de la tragedia? Solo se sabía que había estado en el segundo piso del Hospital Castro Rendón, acompañando a su compañero.
La confusión seguía siendo generalizada, hacía 48hs se estaba peleando por salario y el gobernador Sobisch, en vez de una paritarias devolvió un cóctel de represión y muerte.

Luego vino el 9 de abril y la manifestación más grande que el Neuquén democrático recuerde. Fue una marcha difícil, no había pasado mucho del anunció de muerte y la desazón era moneda corriente. Luego de la caminata, el acto se hizo en casa de Gobierno, que para esos días estaba sitiada de gente, rodeada de manifestantes.
Rompiendo la lógica de la física moderna habló Sandra Rodriguez, “la viuda” como despectivamente la llamaban en los medios regionales. Luego de su discurso, se inició un reclamo por Justicia.
Cuando la Justicia dijo que Poblete era responsable de la muerte y fue condenado por asesinar a Carlos Fuentealba, se agregó al pedido de “Justicia”, la leyenda de “Completa”. “No se trata solo de quien disparó”, dijo Sandra, “sino también de quien dio la orden”.