sábado, 19 de noviembre de 2011

A 42 AÑOS DE UN SUCESO FUNDAMENTAL

Agustín Tosco, lider del sindicalismo de liberación.-
Si bien estamos hablando de un suceso que marcó la Argentina hace ya 42 años, el Cordobazo ha dejado una huella indeleble en la historia del movimiento obrero de nuestro país y que incluso hoy, se sigue manifestando de forma latente, aunque inconstante.

Como todo momento, estuvo rodeado de un contexto definido por circunstancias únicas e irrepetibles. Gobernaba la dictadura de Juan Carlos Onganía, con modelo de administración apegado a las corporaciones económicas (e incluso políticas) y si bien permanecía, al menos desde lo formal, la proscripción del peronismo, en los hechos, algunos de los sectores que lo integraban como movimiento, colaboraban abierta e interesadamente con el gobierno militar. Cuestión que se visualizaba tanto desde el peronismo institucionalizado (Paladino) como desde el gremialismo burocrático (Vandor).

Ante esto, la respuesta de la clase trabajadora fue organizarse desde la base, con un modelo sindical que atendiera las necesidades de los trabajadores y que rompiera con los acuerdos, que tanto la CGT como Perón habían suscripto para sostener un gobierno que esperaban desemboque en el retorno definitivo del líder justicialista.

La modalidad fue estructurada en torno a la figura del delegado, comités fabriles, cuerpos de delegados, juntas internas, instancias que garantizaban un vínculo permanente entre los trabajadores y la acción gremial. Mientras la resistencia a la dictadura y el Movimiento Obrero demostraba en la calle el poder real que tenía, la contraofensiva de Ongania no se haría esperar por mucho tiempo y en eso se puede encontrar el punto de quiebre que motivo el “Cordobazo”: la quita del sábado inglés (trabajar solo la mañana del sábado, para hacerlo jornada completa). Ante esto, se sucedió lo inevitable. Las protestas se sucedieron primero de forma sectorial, para después congregarse masivamente en el Paro General que los gremios combativos de la CGT alineados con Raimundo Ongaro. Estudiantes y partidos políticos se sumaron a la protesta y los enfrentamientos con el ejército y la policía cordobesa se sucedieron en el centro, en las fábricas y en los barrios. Nacía así el “Cordobazo” corría el 29 de mayo de 1969, un año antes, se producía el “mayo francés”.

La represión dejo arrestos, heridos y al menos 16 muertos oficiales. En la calle se produjo, más allá de todo, la visibilización de un proyecto de organización de clase que excedía los marcos del peronismo, y que incluso puede decirse, se hizo a pesar de él. La unidad de los sindicatos clasistas, la unidad en la acción con partidos y estudiantes, fue tan contundente que forzó el repliegue de la medida (la quita del sábado inglés) y que Ongania quedará francamente debilitado frente a los sectores de la oligarquía y del ejercito. Un año después debería dejar “ordenadamente” el mando al Gral. Roberto Levingston.

Lo cierto, es que el modelo sindical que expresó el Cordobazo, caló hondo en la dirigencia peronista de la época e hizo ilusionar (o esperanzar) a los sectores combativos, con tener la hegemonía de conducción de clase, cosa que finalmente no ocurrió. La lucha, de cualquier manera, sigue abierta, y como todo proceso que no se cierra, vuelve a la conciencia de las masas, en momentos insospechados, máxime si como dice la canción hay contextos con “el arriba nervioso y el abajo que se mueve”.

AGUSTÍN TOSCO: LIDER DE LA DIGNIDAD
El “Gringo”, nació un 22 de mayo de 1930 en un pueblito de Córdoba conocido como Coronel Moldes. Se crió en una zona donde los gringos proliferaban trabajo y esfuerzo. Estudió en el Instituto Otto Krause, la Tecnicatura Electromecánica que le permitió abordar de lleno el trabajo en el Ente Provincial de Energía de Córdoba, que fue donde comenzó su militancia gremial en el ya recordado Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba.

Los compañeros lo recuerdan como un buen tipo, sencillo, pero contundente sindical e ideológicamente. No por nada, se convertiría en el máximo referente gremial del Movimiento Obrero Argentino en los finales de los 60 y principios de los 70.

Caminó las calles durante el Cordobazo, lucho por reivindicaciones laborales y sectoriales, pero bregó incansablemente por la liberación de la clase trabajadora, lo suyo, fue el sindicalismo, pero sin dudas que caló hondo en la escuela de la conducta, esa tan pocos egresados a dado en nuestra historia. La agrupación que conduce este gremio, toma su nombre. Un sencillo homenaje, pero también, una cabal definición política.




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